Hoy voy a hablaros de las vacaciones un derecho laboral muy preciado por todo el mundo y que, para mí, tiene mucho que ver con cómo gestionamos nuestro tiempo (profesional y familiar, con nuestro enfoque de la Vida, con el consumo, con la insatisfacción vital y un montón de cosas más. También os hablaré sobre gestión del tiempo sostenible.
Como siempre, hablo y escribo desde mi propia experiencia vital y, en todo caso, de las de personas que conozco muy, muy bien. Lo que aquí plasmo es mi opinión particular y por supuesto respeto la opinión de los demás al respecto.
La frase que me ha inspirado y motivado es esta de Seth Godin pero también la cantidad de noticias y contenidos sobre gestión del tiempo que he visto últimamente en Internet ‘Los minutos son el bien más preciado hoy día / La falta de tiempo: una nueva pobreza
Vamos al tajo.
Lo primero, como siempre, definir el concepto del que hablamos.
La palabra vacaciones deriva del latín ‘vacans’, participio del verbo vacare: estar libre, desocupado, vacante (como un puesto de trabajo) / Vacuus: vacío, desocupado libre. Vacui dies: días de descanso Vacatio (-ionis): dispensa, exención. A mí, el concepto de ‘vaciarse’ cuando está uno de vacaciones me parece de lo más revelador (cuánto más te vacíes más renovado volverás de tu descanso).
Mi amiga la RAE la define como sustantivo plural femenino que hace referencia a “un descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios”
Según el Diccionario Etimológico de la lengua española (1998) entre los antiguos romanos los días de descanso ‘dies vacantes’ eran todo lo contrario a los días actuales, por lo tanto, no había obligación religiosa o fiesta sagrada, sino días de trabajo. El significado de ‘vacaciones’ , tal y como lo conocemos hoy en día, no se establece hasta finales del siglo XIX y principios del XX cuando se empieza a hablar de las vacaciones como “uno de los derechos más importantes para cualquier persona independientemente de su condición social o tarea” (Bembibre, 2009).
Las vacaciones escolares estivales empezaron a practicar en la Edad Media. En los meses de verano se les otorgó a los campesinos unas curiosas vacaciones, las ‘vacatio judiciales’, por las que tenían derecho a no ser citados por los tribunales (así no dejaban de trabajar en el campo ni un segundo). Los jueces empezaron a disfrutar de dos meses de descanso coincidiendo con el verano a los que se sumaron los clérigos que como eran los que se ocupaban de la educación pues empezaron a cerrar las escuelas durante esos 2 meses también.
‘Veranear’ es una práctica moderna. En el siglo XVIII la costumbre pasó de la aristocracia francesa a las clases menos pudientes y fue la aparición del transporte en ferrocarril lo que la favoreció. No se veraneaba igual en el siglo XX que en el XXI. Muchos de nuestros abuelos murieron sin conocer que son las vacaciones y algunos de nuestros padres han conocido lo que es trabajar sin tener derecho a ellas.
Las vacaciones laborales son, antes que nada, un derecho laboral que todo trabajador tiene. En España está regulado en el artículo 38 del Estatuto de los Trabajadores el cual remite al Convenio Colectivo y al contrato del trabajo. En los últimos tiempos también se ha hecho necesario reconocer el derecho a desconectar de la empresa durante las vacaciones, sobre todo, desde que está presente en nuestras vidas Internet y los dispositivos móviles. Hay países que ya están regulando este derecho.
Queda claro que la forma de disfrutar de las vacaciones ha ido cambiando con el tiempo.
¿Has escuchado alguna vez la expresión quedarse de ‘Rodríguez’? Todavía se emplea, por cierto.
¡Qué recuerdos los de la niñez! Bueno, es que yo soy de los que iba a E.G.B.
¿Eran mejores las vacaciones de antes que las de ahora? Esto, daría seguro para un debate de lo más entretenido… Habrá quien recuerde las vacaciones de su niñez y adolescencia como las mejores de su vida y habrá quien haya empezado a veranear cuando se ha hecho adulto y a empezado a hacer su propia vida.
Vacaciones laborales. Cosillas varias.
- Las primeras vacaciones remuneradas se remontan al Gobierno bolchevique en la Rusia de 1917 aunque eran un derecho nominal (se otorgaban a discreción del partido).
- Las primeras auténticas vacaciones pagadas fueron en Francia en 1936 tras el Acuerdo de Matignon en junio.
- EE UU es el único país desarrollado que no reconoce por ley los permisos retribuidos.
- Un estudio reveló hace varios años que las mujeres españolas son las europeas que más piensan en las vacaciones y las que menos en el sexo. Los españoles lideran el ranking de los países que más sueñan con las vacaciones (1,69 veces al día) superando la media europea (1,46). Por encima de ellos están los irlandesas cuyas vacaciones ocupan su pensamiento 1,79 veces al día.
– ¿Cuántos días de vacaciones tiene un japonés?
– Por ley, veinte días. Después tenemos unos días especiales: tres en verano y otros tres en invierno. Lo que ocurre es que la mayoría solo nos cogemos la mitad (Chizuru Suga- División de Contenidos del Ministeiro de Economía e Industria Japones).
- La presidenta del grupo de supermercados Dia, Ana María Llopis, dijo en 2012 en TVE que las vacaciones son una cuestión cultural y tradicional, pero que creía que los españoles se mostrarían partidarios de reducir sus vacaciones por el actual escenario de crisis económica en el caso de que se votase en referéndum.
- El director de fabricación de Ford España, Antonio Adés, decía en prensa por la misma época que las vacaciones en España son excesivas y que habría que trabajar más por menos.
- No fue hasta hace poco que averigüé que las vacaciones se pueden comprar lo cual es un dato bastante revelador.
- El 51% de la población activa española declara responder e-mails y atender llamadas de trabajo durante su período de vacaciones o en sus fines de semana (según un informe elaborado por Infojobs).
- Los ‘Rodríguez’ de ahora y los de antes no son iguales (ahora hay hasta mujeres).
- Nueve de cada 10 prefieren pasar sus vacaciones dentro del país pero van más a hoteles y presumen en Internet.
- Los españoles gastarán 719 euros de media por persona en las vacaciones de verano de 2018 (Observatur)
- Sólo el 20% de los españoles se puede permitir sus vacaciones soñadas
Mi opinión sobre el tema.
¿Recordáis que comentaba al principio del post que había sido una frase la que me había motivado a escribir sobre este tema?
‘’En vez de andar pensando en cuándo serán tus próximas vacaciones constrúyete una vida de la que no necesites escapar’’.
Nunca fui de esas personas que se cogen un mes entero de vacaciones. No me sentaba bien la vuelta a un trabajo del que había desconectado 30 días seguidos. Siempre que pude, solicitaba una semana al trimestre.
Pero el auténtico cambio al respecto fue hace unos años cuando aprendí (más bien habría que decir me enseñaron) a gestionar mi agenda profesional y personal de forma sostenible. Eso, unido a que trabajé durante años hasta lograr cambiar mi trayectoria profesional y dedicarme a algo que realmente me gustaba y además por cuenta propia fueron el catalizador que me ha llevado a una forma de vivir y trabajar en la que no ‘necesito’ vacaciones. Pero ojo, no necesitarlas no implica que no coja unos días para desconectar del trabajo de vez en cuando para re-iniciar. Ahora, trabajo menos horas, distribuyo mi agenda como más me interesa y trabajo con más energía y motivación que nunca (no llego al extremo del autor de ‘Semana laboral de 4 horas’ pero no tengo nada que envidiarle).
Es decir, que si por cualquier motivo no pudiera cogerme vacaciones no pasaría nada porque mi ritmo laboral es equilibrado. Tal y como escribo en este post, pienso que el trabajador del siglo XXI es responsable de mantenerse en equilibrio, en buena forma física, mental y emocional, y la forma en la que gestionas tu tiempo y tu agenda es determinante: apuesto por la eco-eficiencia personal.
Esto ha sido un proceso de aprendizaje y superación personal (no te lo enseñan en la Universidad ni en un Master). Yo lo aprendí de manos de unos profesionales que, por supuesto, predicaban con el ejemplo.
Y poco más puedo decir.
¿Si pienso que en este país hay muchas vacaciones? No lo sé.
No sé que se considera mucho o poco. Lo que sí pienso es que se gestiona de forma poco eficiente y poco productiva la jornada laboral, el tiempo en sí y que hace falta una cultura empresarial nueva que transmita a los trabajadores la necesidad de realizar un ‘mantenimiento’ que les permita ser eco-eficientes a la hora de gestionar sus agendas (tiempos laborales y familiares). Tenemos claro que las máquinas necesitan mantenimiento para su óptimo funcionamiento pero la máquina más compleja y eficiente jamás diseñada, el ser humano, la sometemos a tensión y presión constante sin aliviar sus efectos. Un mantenimiento óptimo es aquel que borra cada día de nuestro cuerpo y nuestra mente las huellas negativas de nuestro paso por cualquier espacio (imagina las horas que te tiras en el trabajo).
¿Qué entiendo por una gestión del tiempo sostenible?
Aquella que te permite satisfacer todos tus intereses y necesidades actuales (¿los tienes claros?) de forma positiva a la par que no hipoteca ni perjudica ni tu salud, ni tu potencial de futuro (todos tenemos una versión de nosotros mismos maravillosa esperando ser materializada).
Broche de Oro:
Si te dijera que el tiempo no existe y que hay una manera de vivir como si el pasado no existiese y el futuro no importara ¿me creerías? Bueno, tanto si lo crees como si no, estás en lo cierto como diría Henry Ford. Te dejo la información por si te interesa.
¿Has visto la película IN TIME?
Haz un hueco en tu agenda y visiónala: te hará reflexionar sobre el valor de cada minuto de tu vida y del impacto de lo que haces con cada uno de ellos.