Este tema es ya un clásico cuando llegan estas fechas. Internet se llena de posts y contenidos sobre él. Voy a compartir mi opinión al respecto y os avanzo que tiene que ver con el último post que publiqué sobre las vacaciones y, como no, con el imprescindible ‘Trabaja en ti mism@‘
Se llama síndrome o estrés postvacacional a un conjunto de síntomas que presentan algunas personas al volver a su rutina habitual tras unas vacaciones y tener que adaptarse de nuevo a su hogar y su trabajo. Algunos de estos síntomas son: irritabilidad, pérdida de apetito, apatía extrema y alteraciones en el sueño, la concentración y la capacidad de atención.
Estamos ante un ‘proceso de adaptación’ igual que pueda ser un divorcio o la pérdida de trabajo aunque menos intenso.
Se estima que entre un 30% y un 35% de los trabajadores suele padecer este cuadro depresivo (Adecco). Hay personas que lo llevan mejor y otras peor pero lo habitual es experimentar cierto estrés, desmotivación y fatiga. Estas molestias, físicas y psíquicas, las padecen tanto adultos como niños.
Esta situación es fruto de la vida moderna y se ha hecho notar en los últimos años. ‘Antes’ no se producía (no al menos a gran escala).
La principal causa de que este proceso de adaptación resulte tan ‘desastroso’, por decirlo de alguna manera, es la distancia tan abrupta que se genera entre el tiempo/espacio vacacional y el tiempo/espacio al que se retorna. Cuanto menor sea esta brecha, más suave y positivo será el proceso de adaptación:
Los cambios que se producen en la alimentación, los horarios, el tipo de actividades, la forma de relacionarnos, etc. es tan radical que el cuerpo y la mente no pueden encararlo. Si se viaja lejos y se permanece en un lugar muy distinto al de residencia habitual todo esto se potencia. Cuánto más prolongadas sean las vacaciones, la brecha aumenta.
A esto, hay que añadir una variable relevante:
muchas personas utilizan las vacaciones para ‘escapar’ de problemas y la monotonía de su vida cotidiana y todo ello queda en el mismo sitio, esperando, … sin resolver, sin ningún cambio (si acaso a peor).
‘Casualmente’, la mayor tasa de petición de separaciones y divorcios tiene lugar, en España, al terminar el verano.
Por decirlo de un modo poético:
Es en el mes de septiembre con la vuelta a la rutina familiar, laboral y escolar cuando los anhelos no satisfechos de tu ‘alma’ (o como quieras llamar a esa parte de ti) repican sin cesar en tu interior.
Las personas/parejas con hijos tienen un plus añadido ya que ‘la vuelta al cole’ en septiembre es uno de los momentos más estresantes del curso, cada año.
Y hablando de vuelta al cole:
¿Nunca te has parado a pensar que en estas fechas todos nosotros, y no solo los niños y jóvenes, nos matriculamos en la que algunos llaman ‘Universidad de la Vida’?
Algunos, repiten curso, otros se matriculan en nuevas asignaturas o amplían su formación con Masters y nuevas titulaciones. Pero existen asignaturas troncales y niveles que toda persona ha de superar, le tome el tiempo que le tome, si desea lograr una vida plena y enriquecedora.
Otoño es la mejor época (mucho más que Año Nuevo) para encarar nuevos objetivos y proyectos pero la gran mayoría de personas no han preparado las condiciones adecuadas. Casualmente, en la Naturaleza, llega el tiempo de recoger la cosecha: ¿Qué piensas recoger tú este otoño según lo que sembraste los meses anteriores?
He dudado si citar algunas recomendaciones para evitar padecerlo pero Internet está lleno de ellas y pienso que conociendo por qué se produce es fácil evitarlo.
Sí considero relevante recomendar mantener durante las vacaciones los mismos hábitos saludables que durante el resto del año, aunque suavizando el ritmo: alimentación equilibrada, ejercicio suave, equilibrio entre actividad y descanso, desconexión de aparatos tecnológicos y redes sociales, relaciones/comunicación consciente, etc.
Y un consejo, si me lo permitís: estad atentos a dónde, cómo y con quién compartís el saldo energético positivo que acumuláis en vacaciones ¡no lo malgastéis! Es época de acumular energía física y mental positiva (Only Good Vibes, como me gusta decir) no de desperdiciarla. Es época de avanzar… Según la bioenergética, relacionarte con cualquiera y de cualquier manera, ‘desdibuja’ tu identidad personal .
Las vacaciones no deben ser nunca un recurso para evadirse, de nada ni nadie. Son para renovar la ilusión y la esperanza de vivir.
Las vacaciones estivales son un tiempo para ‘vaciarse’ de todo lo acumulado. Lo natural es volver tras ellas renovados, con las pilas cargadas y llenos de motivación para encarar el ‘nuevo curso’ que comienza (nuevos proyectos). Cuando no es así, en mi opinión, es porque no se han gestionado de forma sostenible y, normalmente, porque tampoco se gestiona el tiempo eficazmente el resto del año.
¡Lo mejor para volver de vacaciones motivados y con energía es tener una vida lo más plena y satisfactoria posible ‘esperándonos’ y no haber cometido excesos de ningún tipo!
El verano sigue siendo, para los más jóvenes y los ‘singles’, época de romance por excelencia y de entablar relaciones afectivas con personas que viven a distancia. La separación puede potenciar el síndrome postvacacional … sin duda.
Dejo como broche final este post de Método Cronos que propone un sencillo pero revelador ‘ejercicio’ para que valores cómo de bien has aprovechado el verano y cómo de motivad@ encaras el nuevo curso que comienza.
En verano, los niños dan el estirón y en los adultos surge el anhelo de superar nuevas cotas de desarrollo personal y profesional.
En estos días y semanas, presta-TE atención y si observas cualquier síntoma de ansiedad no la enmascares, escucha el mensaje que te ofrece y ponte manos a la obra