Prácticamente todos nuestros problemas medioambientales se pueden reducir a nuestra adicción a los combustibles fósiles, primariamente el petróleo (Dennies Weaver).
Esta semana, en ‘Hablamos Con’ entrevistamos a Andrés Montesinos, un profesional del sector eléctrico que trabaja incansablemente para concienciar y hacer posible un modelo energético sostenible y eco-friendly.
P- Comienza por presentarte Andrés. Cuéntanos a qué te dedicas profesionalmente.
R- Me llamo Andrés Montesinos y trabajo como oficial de mantenimiento eléctrico en las instalaciones deportivas municipales de la ciudad de Valencia. Como veis, una oportunidad de oro para aplicar todo aquello que propongo sobre eficiencia energética y ahorro, siempre que me dejan, claro está.
P- ¿Cuándo y cómo te involucras en el sector de la energía solar? ¿Qué ganas tú al hacer todo este trabajo divulgativo que realizas desde hace años?
R- Desde muy joven me sentí atraído por formas de producir energía que se apartasen de la quema de combustibles fósiles o nucleares. En realidad la energía fotovoltaica no era la única que podía satisfacer mis expectativas, pero si la más asequible y próxima, teniendo en cuenta que acababa de terminar mi primera especialidad técnica y contaba con escasos dieciocho años.
No obstante he de decir que dada mi juventud y la incipiente implantación de esta tecnología, no podemos decir que me involucrase “demasiado”. En realidad, los distribuidores y tiendas de aquel entonces no me hicieron apenas caso. Ni la tecnología ni yo ‘estábamos maduros’.
Cuando hablamos de ganar con la realización de un trabajo, la mayoría de personas piensan automáticamente en una cuestión meramente económica, sin embargo el voluntariado se mide con otros parámetros.
Para mi es fundamental saber que realizo un trabajo necesario e importante para la sociedad y el planeta, y como pago a todos estos años, destacaría el haber tenido y tener la oportunidad de proyectar mi voz y mis ideas, junto a la gran cantidad de personas que he conocido y me han enriquecido con las suyas. Aporto mi granito de arena: Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo.
P- ¿Cuándo comienzas tu labor en Som Energia Valencia?
R- Pues justo en el instante antes de que existiese. Algo así como el Big-Bang. Conocí la actividad de la cooperativa Som Energia a través de su web, y me enteré de que venían unos voluntarios a Valencia para hacer una charla de presentación. Intervine en el coloquio posterior y me ofrecí para ayudar dentro del campo de mis conocimientos, aunque lo que sucedió es que varias personas mostraron su interés por la cooperativa y acabe recogiendo sus direcciones de correo.
Organizamos una reunión, y ya en ella constituimos el grupo local de Som Energia Valencia, con la intención de aprender más de este loco mundo de la energía verde en España y promocionar la cooperativa como una buena herramienta para cambiar nuestro modelo energético.
P- ¿Qué es y qué hace una cooperativa verde de energía?
R- Esto del “verde” es un término muy genérico. Hay muchas cooperativas y otras tantas formas de hacer las cosas.
Nosotras, y creo que sería la máxima expresión de este término, comercializamos energía eléctrica en cualquier lugar de España, es decir, podemos sustituir en cualquier hogar la compañía actual, generalmente sucia, garantizando que toda la electricidad que se utilice a partir de ese momento, ha sido producida mediante generación sostenible, ya sea fotovoltaica, hidráulica o eólica.
Esta energía es producida en las propias plantas que hemos construido en Som Energia, o bien en pequeñas y medianas empresas que no tienen relación con el oligopolio eléctrico que copa el mercado español con los resultados tan lamentables que conocemos.
Otra cuestión íntimamente ligada a las cooperativas, es que desarrollan su labor sin ánimo de lucro y con la participación democrática de las personas que las componen, en nuestro caso concreto, con el objetivo de ayudar a cambiar el modelo energético en nuestro país.
P- Porqué es importante potenciar el sector de la energía fotovoltaica; qué beneficios aporta a la sociedad y al planeta.
R- Yo diría que es importante potenciar las energías renovables en general, aunque es evidente que la fotovoltaica es quizás la energía renovable más próxima a la ciudadanía. Tengamos en cuenta su fácil instalación, la posibilidad de comenzar con una instalación plenamente operativa, e ir añadiendo potencia extra en la medida de nuestras necesidades o de nuestra capacidad económica. También por su precio, ya que este no ha dejado de bajar. En los últimos 8 años alrededor de un 85% y se estima que todavía queda bastante margen de reducción.
En estos momentos nos enfrentamos a retos descomunales y nunca antes experimentados por la civilización. El calentamiento global y sus repercusiones en todos los ámbitos tienen como eje común el uso que hacemos de la energía.
Nuestra generación tiene pues la irrenunciable responsabilidad de mitigar estos efectos y trazar de inmediato un cambio de rumbo. La sustitución de las energías fósiles y de origen nuclear es un imperativo, y las energías renovables no son ya “alternativas” sino las únicas fuentes de energía de las que deberíamos disponer.
P- Háblanos de vuestro proyecto ‘Generation KWh’
R- En un contexto de profunda inseguridad jurídica como el que ha creado el actual gobierno, y se debate actualmente en los tribunales internacionales, Som Energia optó por no seguir construyendo plantas fotovoltaicas. Esto iba en contra de nuestro objetivo de producir tanta energía limpia como necesidades tuviesen las personas socias, pero entendimos que era lo más prudente.
Pasado el tiempo y viendo que se perpetuaba esta situación, dio fruto la inteligencia colectiva y una de tantas ideas que exploramos fue Generation kWh.
La idea era cooperar para producir y unirnos nos haría más fuertes. Si bien el impuesto al sol y las trabas de las distribuidoras eléctricas del oligopolio, podían dificultar el auto-consumo en hogares e industria, nada impedía a nuestros socios usar este dinero que no podían emplear en sus tejados y terrazas, para construir conjuntamente y sin recurrir a la banca una gran instalación fotovoltaica en Alcolea del Río, un municipio andaluz.
Dicho y hecho, reunimos el dinero, la construimos, y la pusimos en funcionamiento, vendiendo la energía limpia generada a la red eléctrica.
En esta planta, la primera de estas características en España, se produce energía sostenible por debajo del precio de otras plantas que funcionan quemando carbón, gas o uranio, por tanto quienes invertimos en este proyecto, recibimos los kilovatios proporcionales a nuestra inversión, más baratos todavía que los de Som Energia, además de que la cooperativa nos va devolviendo poco a poco la inversión realizada.
La idea de Generation kWh es diversificar las fuentes de las que obtenemos nuestra energía, incorporando próximamente una central hidráulica y un aerogenerador. Este último en colaboración con Eolpop y su proyecto “Viure del aire del cel” (Vivir del aire del cielo) que será el primer aerogenerador de propiedad compartida de España.
Quisiera destacar que cualquier proyecto que emprende nuestra cooperativa y para el cual necesitemos fondos, se divide en participaciones de tan solo 100€ con el fin de que todas las personas que quieran puedan participar en la medida de sus posibilidades.
P- ¿Qué puedes contarnos de otro gran proyecto como es ‘RECUPERA EL SOL’?
R- Bueno, este es un proyecto que desarrollamos desde algunos grupos locales de la cooperativa.
Dentro del contexto de inseguridad jurídica que os explicaba antes, algunos grupos locales como el de Madrid, La Rioja, o la sección territorial de Valencia, que engloba a todos los grupos locales de la Comunidad, unimos nuestras fuerzas con Ecooo, una empresa sin ánimo de lucro con amplia experiencia en instalaciones fotovoltaicas sobre tejados.
Ecooo se encarga de localizar plantas cuyos propietarios, tras los sucesivos recortes, o bien tienen dificultades para poder devolver las mensualidades del préstamo bancario con el que se financiaron, o bien no obtienen la rentabilidad esperada. Tras esto, analiza su viabilidad técnica y jurídica, ya que muchas se han visto inmersas en procesos de embargo, y si todo es correcto procedemos a su compra, de forma transparente y a un precio justo. Por supuesto no operamos como fondos buitre, ha de ser una solución en la que todo el mundo gana.
Para conseguir los fondos necesarios, dividimos el coste total en participaciones de 100€, para que sean accesibles para cualquier persona aunque no forme parte de la cooperativa ya que el retorno no se produce como en ‘Generation kWh’ por la devolución del dinero aportado más la energía producida, sino que se retorna el dinero más los intereses, que hasta ahora han estado sobre el 5%. Una rentabilidad nada despreciable desde el punto de vista económico, y que además evita que estas plantas caigan en manos del banco, con lo cual tienen todas las posibilidades de acabar paradas y dejar de producir energía limpia.
Con este sistema hemos socializado hasta ahora, 13 plantas por valor de unos 2,500,000€, lo que nos da una idea de lo potente que puede ser la ciudadanía cuando decide dedicar su dinero a una economía no especulativa destinada a cambiar el modelo energético.
P- En qué situación se encuentra vuestro sector en estos momentos y, en concreto, vuestra cooperativa?
R- Las cooperativas eléctricas surgieron en nuestro país para atender la demanda de electricidad allí donde las empresas de la economía capitalista no veían suficiente volumen de negocio. A partir de ahí fueron atendiendo las necesidades de la población y lo siguen haciendo allí donde no decidieron vender sus redes de distribución y su forma de entender la economía.
En la Comunidad Valenciana tenemos el 85% de las cooperativas supervivientes y en un excelente estado de salud.
Además de estas cooperativas tradicionales, capaces de satisfacer sus necesidades de energía eléctrica, han surgido muchas otras que siguiendo el camino iniciado por Som Energia, unen a esto: el no depender de las grandes empresas del oligopolio, que su energía provenga de fuentes renovables, que sean capaces de producir su propia energía, que su objetivo sea contribuir a un cambio del modelo energético, tan necesario en estos momentos, o algo tan intangible como que den la oportunidad de participar de este cambio de forma directa como ciudadanía preocupada pero también activa y responsable.
Som Energia es dentro del sector cooperativo en España una referencia por cómo ha surgido y se ha desarrollado, así como por sus objetivos y la forma en la que los está llevando a cabo.
Fuimos la primera cooperativa del sector eléctrico capaz de comercializar y producir energía eléctrica en todo el Estado, pero lo hicimos con un mensaje claro y contundente de cambio de modelo y formas de hacer las cosas. Por ese motivo comenzaron a surgir por toda España grupos de voluntariado que explicaban en qué consistía nuestro modelo y sus ventajas. Creo que esta labor divulgativa en un mercado totalmente viciado y opaco como es el de la electricidad es algo muy positivo y que la gente ha sabido valorar.
Som Energia nació como idea hace unos siete años, y en menos de seis como comercializadora ha pasado de un centenar de socias a mas de 36.000, gestionando mas de 54.000 contratos, muchos de ellos de ayuntamientos que han valorado en sus concursos públicos que la energía suministrada sea de origen sostenible, así como nuestro modelo social exento de ánimo de lucro y nuestro trabajo contra la pobreza energética.
Creo que podemos decir que estamos en un buen momento y que el futuro ha de ser todavía mejor, no para nuestra cooperativa solamente, sino para el conjunto de una sociedad cada vez mas concienciada con un futuro sostenible y activa para conseguirlo.
P- ¿Eres optimista? ¿Confías en que propuestas como la de Jeremy Rifkin sobre convertir cada edificio y cada casa en una central de energía renovable se materialicen?
R- Soy más bien realista. Técnicamente estamos a tiempo de mitigar los efectos del calentamiento global y podemos revertirlos pero solo si actuamos de inmediato. Además, no tenemos opción/planeta “B”, por tanto toca comenzar a trabajar. Algunos llevan mucho tiempo haciéndolo, otras hemos comenzado hace relativamente poco, y espero que millones más se sumen lo antes posible.
Sí, estoy plenamente de acuerdo con J. Rifkin y la exposición que hace en “La tercera revolución industrial”.
Y no se trata solo de convertir cada edificio en una central que produce energía: el piso donde vivo con mi familia ya lo está haciendo, incluso esto se nos quedaría corto debido al retraso que llevamos en abordar la solución al problema.
Existen muchas más cosas que podemos hacer para reforzar y potenciar los efectos de la economía que plantea el Sr. Rifkin. Se trata en primer lugar de optar por tecnologías que nos permitan reducir la desaforada necesidad de energía que padecemos. La eficiencia y el ahorro energético son el primer paso, incluso antes de la producción limpia, y eso es algo que no solo podemos hacer sin ningún impedimento en cada hogar, sino que además nos conviene también desde un punto de vista económico.
P- Qué te gustaría decirle a las personas que están leyendo este artículo?
R- Que no están solas y que todas y cada una de ellas son tremendamente poderosas a la hora de cambiar las cosas que saben que no están funcionando. Yo comencé este voluntariado en Som Energia sin saber apenas lo que de verdad representaba una cooperativa. Simplemente intuía en ella una buena herramienta para cambiar un modelo energético que considero responsable de dañar a la sociedad, a la economía y al medio ambiente.
Tras este comienzo, descubrí que agrupadas en la economía del bien común hay un sinfín de organizaciones que nos pueden ayudar. Y comencé a trabajar por el cambio.
No es necesario mantener con nuestras aportaciones mensuales a las empresas eléctricas que fomentan la pobreza energética en nuestro país, que contaminan, que encarecen el precio de la energía, que impiden el desarrollo de las energías limpias. No es necesario mantener con nuestros ahorros la banca que favorece el comercio de armas.
Hay cooperativas como Som Energia capaces de ofrecer telefonía, alimentación, créditos, inversión, movilidad compartida, etc.
Son los ciudadanos/consumidores los que pueden cambiar modelos obsoletos en vez de perpetuarlos. Hagámoslo, sin esperar más, y con una sonrisa.
“Vivimos en la tierra como si tuviéramos otra a la que ir”– Terry Swearingen –
“No lo arruines. Los buenos planetas son difíciles de encontrar”– Revista Time –